LA LOTERÍA POLÍTICA CANARIA Y SUS CARAMBOLAS

Ahora mismo (no sé si sigue siendo así en toda su extensión) la designación de un cargo o puesto en el Gobierno canario, pasa por que le corresponda a una isla determinada, a un partido político definido y debe ser de un sexo específico. Y si una persona vale o no para el puesto en cuestión, eso es accesorio y, a veces, lo de menos. Nuestra ínclita Teresa Cruz Oval iba para presidenta del Parlamento de Canarias, pero lo de la cuota y paridad de los sexos en la Mesa de la cámara regional, obligó a un cambio de nombres y la “lotería” dio el “gordo” (léase “cargo”) al bueno de Gustavo Matos, quien se convirtió, de rebote, en presidente del Parlamento (todavía no termina de creer y sigue dando saltos de alegría) y, de carambola, Teresa Cruz Oval, se vio de un día para otro, como consejera de Sanidad (cosa que no quería) y a todas luces, parecía (y se decía) que no estaba capacitada para dirigir “el monstruo” llamado Sanidad canaria y, mucho menos, sabiéndose que tenía tan poquita “mano izquierda”.

Gustavo Matos (presidente del Parlamento) y Teresa Cruz (exconsejera de Sanidad)

POCA MANO IZQUIERDA, AÚN SIENDO DE IZQUIERDA

Y esa poquita “mano izquierda” fue la que ya de entrada hizo ver que le costaba hasta formar equipo. La primera “lindeza” fue el tremendo “feo” que le hizo a su antecesor en el cargo y excelente consejero de Sanidad, José Manuel Baltar, cuando iba a recibirle en su despacho y dejó pasar antes al otro anterior exconsejero socialista de Sanidad, Jesús Morera, en un gesto de mala educación que Baltar, gran persona, aguantó caballerosamente. Otra “perla” se produjo cuando intentó que Conrado Domínguez, otra gran persona y magnífico profesional continuara como director del Servicio Canario de la Salud. Después de más de dos horas de diálogo (no sé si de sordos) el bueno de Conrado declinó la invitación y se fue de secretario general técnico a la consejería de Obras Públicas, Transportes y Viviendas. Como todo se filtra y se cuenta, al parecer más de uno ha afirmado que con Teresa Cruz era muy difícil hablar y trabajar.

José Manuel Baltar (i) exconsejero de Sanidad y Conrado Domínguez, exdirector del SCS

MÁS QUE DURO… CESARLA HABRÁ SIDO UN ALIVIO

Otra cosa que se ha venido a saber en estos últimos meses, es que el presidente canario, Ángel Víctor Torres , además de ser buena persona, tiene más paciencia que el santo Job y ha sabido aguantar carretas y carretones de problemas, casi todos venidos desde Sanidad y que, por acción o por omisión, han tenido que ver con la ahora cesada, Teresa Cruz, o su “segunda”, Blanca Méndez Sánchez, que tampoco sigue ya en la dirección del Servicio Canario de la Salud (SCS). Teresa Cruz y Blanca Méndez, tanto monta, monta tanto, llevaban desde el pasado mes de agosto (perra más perra menos) intentando encarrilar la gestión de la Sanidad canaria, pero, tristemente, no han logrado sino crear problemas por todos lados y, poco a poco, ir encabronando a profesionales, sindicatos, colegio de Enfermería, patronales, a su propio partido (PSOE) y, por último, a Ángel Víctor Torres, que finalmente la ha cesado. Ángel Víctor dijo que cesarla ha sido muy duro, pero me da que, en verdad, fue un alivio, para él.

Angel Víctor Torres (i), Román Rodríguez (c) y Julio Pérez, que, Junto con Román Rodríguez y Sebastián “Chano” Franquis, han propiciado los cambios en el Gobierno.

LO QUE PASÓ ANTES DEL CESE Y EL RECAMBIO

Y fue un alivio porque, como ya he dicho, estos últimos meses, el sanitario camino ha sido un “via crucis” para Ángel Víctor Torres y su gobierno, sin contar el malestar interno en el PSOE y el no menos “encabronamiento” (con perdón) en el seno de su socio de gobierno, Nueva Canarias, con Román Rodríguezcomo primer “encabronado”. Desde hace meses sonaba el nombre de José Julián Istúritz Pérez, gran experto en Inteligencia, Seguridad y Emergencias (fue gerente del Servicio de Emergencias de Cataluña) y en gestión sanitaria donde los haya, y hombre que, siendo político y fiel a sus principios, a sus jefes y a su partido, se lleva de maravilla con la gente que es inteligente y profesional (tenga el color político o partidista que tenga) y es, sobre todo, amigo de sus amigos. Yo creo que José Julián Istúritz, que sabe de la valía de Conrado Domínguez, fue el que le insinuó a Román, y éste a Ángel Víctor, que Conrado debía volver a Sanidad y liderar el Comité de Emergencia Sanitaria regional. Pero no podría hacerse sin quitar a Teresita. Y para sustituirle, Ángel Víctor ha puesto al frente de la Sanidad (al menos por un tiempo) al íntegro, profesional, trabajador y muy capaz, Julio Pérez Hernández, hombre inteligente, dialogante y listo como una tea, que intentará lidiar el toro de la mejor manera posible.

José Julián Istúriz, el día de la toma de posesión de su último cargo (vendrán otros) y detrás de él, siempre respaldándole y teniéndolo como asesor. Román Rodríguez.